martes, 3 de febrero de 2009

¡YO SOY OFICIAL!

Nota: Ésta, como todas las que aquí se escriben, es una historia verdadera por eso los nombres de los personajes fueron cambiados, si existiera alguna semejanza de apodo, nombre o apellido es pura coincidencia. Las fotos no me pertenecen, ni a ninguno de los personajes, las bajé de internet para que tengan idea del estilo o de los lugares
Estudiaba Agronomía en Buenos Aires, curso que no concluí (me echaron) y militaba en una organización política partidária.

Eran tiempos difíciles de dictadura. Nuestra organización estaba constituída en células (arbolitos le decíamos) porque, si alguno caía, tendríamos bajas apenas en aquella unidad.

Estábamos manifestándonos contra el Gobierno Militar, cerca de la cancha de Atlanta.

Nuestro principal líder era Simón (claro que el nombre es ficticio, no así la historia) y él se encontraba, aproximadamente, a 60 ó 70 metros del foco de tensión entre la policía del régimen y nuestro grupo, que sucedía justo en la esquina de Corrientes y Juan B. Justo.

Era una situación temerária pues su presencia nos obligaba a destacar algunos compañeros para custodiarlo sin llamar la atención. Al final, si él fuera detenido, la estructura quedaría momentáneamenta acéfala.

Así siendo, fuimos encomendados de cuidar por su seguridad el “Negro Cejas”, “el Fantasma” y yo, todos entrerrianos.

Simón estaba parado conmigo en la esquina de Leiva y Corrientes. El Fantasma se quedó en la misma esquina, en la vereda de enfrente. El Negro, irreconocible, no parecia uno de los nuestros, estaba impecable de blazer azul, camisa celeste, corbata de tricot azul y pantalones marrón claro, se ubicó en la esquina de Concepción Arenal y Corrientes, a pocos metros pues es una cuadra cortita.

De repente, por la calle Santos Dumont, totalmente desubicados, doblan dos patrulleros y se frenan a pocos metros de Simón, que comienza a caminar por Corrientes en el sentido contrario al de los policías, conmigo al lado.

El Fantasma, al verlos, les empieza a gritar y a tirar piedras. Tres se bajan atrás de él, que friamente, sin parar de gritar, camina en dirección a la multitud, mientras los policías dudan sin saber que actitud tomar.

Del otro auto, al vernos retroceder, se bajan dos milicos que nos mandaron parar. De armas en manos nos hacen poner contra la pared y cuando se aproximan para revisarnos aparece el Negro Cejas que en tono firme y alto les dice:
- ¡A esos dos “dejenlós” que son de goma!
¡Vayan a ayudar a los otros que quiero aquel cabezón!
¡Vayan ahora!
¡Soy oficial!

Nos dejan seguir y aceleramos hasta salir corriendo, no sin antes ver al milico cuadrarse, hacer la venia y decirle al Negro:

- ¡Perdón señor! Identifíquese, por favor. ¿Oficial de qué?

En un pique, yá estábamos casi llegando a Jorge Newbery, cuando de lejos vemos que -a los golpes- lo meten al Negro en el patrullero.

Tiempo después nos encontraríamos nuevamente para saber el final de la historia.

-¿Cómo fue Negro?
El vigilante te preguntó: “¿Oficial de qué?
¿Y vos qué le respondiste?

Y sonriendo pícaramente, el Negro dice:
- ¡Oficial albañil! Y les mostré un carnecito de la UOCRA.

3 comentarios:

Patricia dijo...

Hola Angel,como estas? Sos el que me dejaste mensaje en Facebook? Donde vivís actualmente? Te mando el link de un blog con fotos de Gualeguay copadas, sacadas por un fotografo gualeyo, por ahí ando yo también. Un abrazo. Patricia.

Patricia dijo...

http://plan55gualeguay.blogspot.com/

Patricia dijo...

Tambien, en el blog podés mirar dos videos hechos con fotos de Gualeguay.